Uno de los factores más influyentes en el aprendizaje es el Clima Emocional.
Todo lo que aprendemos, seamos conscientes o no de ello, se ve entrelazado con las emociones y sentimientos que experimentamos mientras estamos procesando esta nueva información; de ahí que las expectativas positivas al momento de aprender se transforman en una herramienta muy poderosa si queremos llegar a un estado de Logro.
¿Y qué podemos hacer ?
Primero que todo favorecer la autoestima, reforzando la confianza en las propias facultades y eliminando los prejuicios. Es muy habitual que las personas, tanto adultos como niños, "cierren" su mente a un cierto tipo de conocimento argumentando: "Nooo, es que yo soy muy malo para eso... o "Nunca entendí tal o cual cosa" o "Imposible"
pero... ¿Cómo cambiamos?
Muchos podemos recordar el efecto positivo, o también negativo, que puede marcar para siempre nuestra disposición para algín tema o actividad. A menudo podemos encontrar adultos cuyo gusto por la lectura proviene de un recuerdo agradable, de seguridad y de bienestar debido a que, de pequeños, sus abuelos o sus padres le leyeron cuentos al dormirse o le manifestaban gran entusiasmo al regalarle un libro.
En este ámbito sensible tenemos detenernos antes de decir un "no" definitivo.
Cuando nos veamos enfrentados a alguna situación que nos parezca difícil, podemos jugar un poco, tratando de recordar alguna experiencia que nos haya resultado extremadamente grata, y si evocamos sólo este pensamiento "recordar alguna vez que lo haya pasado excelentemente bien" aunque no recordemos claramente el momento, seguramente nuestro inconsciente si lo hará y nos invadirá cierto relajo, que podemos aprovechar para asociar esta experiencia a lo nuevo que se nos estaba poniendo difícil.
¿Cómo ayudamos a los niños?
Tratando de fortalecer la confianza en sus propias facultades "Tú puedes, puedes hacerlo bien ", recordándole las ocasiones en que ha sido ejemplar y efectivo al hacer algo.
Cuando le ayude a estudiar o hacer la tarea es importantísimo evitar las descalificaciones de todo tipo: "que fome esta materia", "esto no sirve", "no sé para qué les enseñan esto". Debemos hacer un gran esfuerzo y buscarle el lado positivo indicándole la proyección " Si aprendes esto, cuando seas mayor las cosas te resultarán más fáciles, etc..." explicándole un porqué generará mayor interés.
Y el punto principal: el ambiente debe ser alegre, después de todo estudiar juntos es tan buena oportunidad de compartir como cuando les enseñamos a andar en bicicleta, a bailar o cantar una canción; es un momento más para disfrutar y agregar un bonito recuerdo en nuestra vida futura.
Todo lo que aprendemos, seamos conscientes o no de ello, se ve entrelazado con las emociones y sentimientos que experimentamos mientras estamos procesando esta nueva información; de ahí que las expectativas positivas al momento de aprender se transforman en una herramienta muy poderosa si queremos llegar a un estado de Logro.
¿Y qué podemos hacer ?
Primero que todo favorecer la autoestima, reforzando la confianza en las propias facultades y eliminando los prejuicios. Es muy habitual que las personas, tanto adultos como niños, "cierren" su mente a un cierto tipo de conocimento argumentando: "Nooo, es que yo soy muy malo para eso... o "Nunca entendí tal o cual cosa" o "Imposible"
pero... ¿Cómo cambiamos?
Muchos podemos recordar el efecto positivo, o también negativo, que puede marcar para siempre nuestra disposición para algín tema o actividad. A menudo podemos encontrar adultos cuyo gusto por la lectura proviene de un recuerdo agradable, de seguridad y de bienestar debido a que, de pequeños, sus abuelos o sus padres le leyeron cuentos al dormirse o le manifestaban gran entusiasmo al regalarle un libro.
En este ámbito sensible tenemos detenernos antes de decir un "no" definitivo.
Cuando nos veamos enfrentados a alguna situación que nos parezca difícil, podemos jugar un poco, tratando de recordar alguna experiencia que nos haya resultado extremadamente grata, y si evocamos sólo este pensamiento "recordar alguna vez que lo haya pasado excelentemente bien" aunque no recordemos claramente el momento, seguramente nuestro inconsciente si lo hará y nos invadirá cierto relajo, que podemos aprovechar para asociar esta experiencia a lo nuevo que se nos estaba poniendo difícil.
¿Cómo ayudamos a los niños?
Tratando de fortalecer la confianza en sus propias facultades "Tú puedes, puedes hacerlo bien ", recordándole las ocasiones en que ha sido ejemplar y efectivo al hacer algo.
Cuando le ayude a estudiar o hacer la tarea es importantísimo evitar las descalificaciones de todo tipo: "que fome esta materia", "esto no sirve", "no sé para qué les enseñan esto". Debemos hacer un gran esfuerzo y buscarle el lado positivo indicándole la proyección " Si aprendes esto, cuando seas mayor las cosas te resultarán más fáciles, etc..." explicándole un porqué generará mayor interés.
Y el punto principal: el ambiente debe ser alegre, después de todo estudiar juntos es tan buena oportunidad de compartir como cuando les enseñamos a andar en bicicleta, a bailar o cantar una canción; es un momento más para disfrutar y agregar un bonito recuerdo en nuestra vida futura.
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